Todo el mundo sabe que el amor es lo más grande que existe, y los cristianos sabemos por qué: porque Dios es amor. El cortesano español del siglo XIII Raymond Lull (misionero a los musulmanes en África del Norte) escribió que ‘el que no ama, no vive’. Vivir es amar, y sin amor la personalidad humana se desintegra. Por eso todos buscamos vínculos de amor auténtico. Hemos considerado las cuatro tendencias seculares principales que amenazan con envolver a la comunidad cristiana. Ante ellas, se nos llama
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